Cuando el Sol transitó el espacio zodiacal
correspondiente, se dio a conocer la formación del Sindicato Capricorniano. Con
la misma prolijidad, el grupo reivindica a quienes nacimos bajo ese signo y,
entre otras cosas, reclama por festejos y regalos de cumple acordes a la
dignidad humana. Sucede que a muchos de los que nacieron cerca de “las
fiestas”, se los arregla con “las sobras”: reciben un único regalo que debe
cubrir el aniversario en sí y la navidad y/o año nuevo, y un pedazo de pastel
sobrante que hace las veces de torta de cumpleaños. Bueno, eso si les sonríe la
fortuna: a veces la misma es reemplazada por una velita encima de un mísero
alfajor de chocolate. Total!, el capricorniano/a está para bancársela sin
chistar. Pero el SC patea el tablero y, casi sin querer, plantea una
interesante pregunta: ¿seríamos las cabras así de sufridas y aguantadoras sin
estas traumáticas experiencias de-formadoras?
En el muro del SC pueden leerse gran cantidad de
testimonios desgarradores, mucho de ellos ilustrados con imágenes pavorosas:
colegas de signo que desde la más tierna niñez, hasta sus muy variables edades
presentes, han sido dejados en banda por amigos -y hasta por familiares- en el
que debiera ser el día más apapachador del año. Globos que cuelgan tristes,
gorritos que sobran, comida que será manducada en las semanas siguientes,
postales todas de la soledad y el abandono. O, en otros casos, todo lo
contrario: ninguna preparación, cero dedicación, pura improvisación para
sacarse de encima el compromiso de un cumpleaños que coincide con las
vacaciones. Toda la angustia que es imaginable esperar a partir de tan hórridas
situaciones, en el capricorniano/a se convierten en una dolida certeza: si
quiere algo, deberá arremangarse y “pelearla” hasta conseguirlo por sí mismo.
Más temprano que tarde, la cabrita aprende que para
alcanzar sus altas metas deberá ir “despacito y por la sombra”. Así las cosas,
sudará, se afanará y callará, sin nunca perder de vista el objetivo. Claro que
las críticas no demoran en llegar, y el capri comienza a ser tildado de frío,
obsesivo, interesado y calculador. En este sentido, su aislamiento se agudiza
pues pocos se toman la molestia de ver que, detrás de las apariencias, existe
un ser sensible, apasionado y romántico. ¿Forma parte esto también de un
destino capricorniano? Así parece, porque la corteza que se armó aquel niño/a
que nunca tuvo un cumpleaños como la gente, se refuerza con cada experiencia
que le reafirma que lo suyo no es ni el estrellato ni el vértigo. ¿Es acaso
menos feliz? En modo alguno, y quien así lo crea no sabe nada de los secretos
deleites de quienes han aprendido a conquistar cada uno de sus placeres.
Por esa misma razón, el SC está llamado a lograr
grandes cosas sobre todo si, además de las muy aleccionadoras historias de
vida, puede dar un salto hacia el conocimiento de la profundidad del alma
capricorniana. La organización es un aspecto, ineludible por tratarse de
nosotros (y ya ven cómo nos la envidian los “libres” acuarianos), pero también
hablemos de nuestros poetas, escritores y músicos. En fin, de nuestra
apasionada y lúcida mirada.
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