lunes, 2 de febrero de 2015

"¡¿Qué hacen ustedes acá?!"



Acabo de ver la película inglesa “´71” (Yann Demange, 2014), que trata sobre el conflicto norirlandés y tiene varias similitudes con “Larga es la noche”, el famoso film de 1947. Ambas tienen el mismo escenario, Belfast, y se repite el hecho de que un hombre herido busca llegar hasta sus compañeros para salvar su vida. Pero si en la cinta de Carol Reed, el fugitivo era un militante del IRA (James Mason), aquí se invierten los términos y se trata de un soldado inglés (Jack O´Conell) que participa, como fuerza de choque, en la cacería de militantes republicanos en 1971. Ante la zona liberada que imponen las fuerzas inglesas, se arma una solidaria escaramuza callejera, y el soldado debe perseguir a un niño que les arrebata un fusil. Atrapa al pibe pero, aislado de su pelotón, es desarmado por los vecinos y recibe una feroz paliza. Abandonado a su suerte, asiste al asesinato de un compañero y logra escapar a duras penas.

Hasta aquí las similitudes o, si se quiere, la reescritura de un clásico. De allí en adelante, la peli de Demange (con guión del dramaturgo escosés Gregory Burke) se adentra en las muy severas reyertas internas del IRA, pero también en el papel que juegan los paramilitares ingleses y su relación con los terroristas protestantes y, sobre todo, en su infiltración de las facciones republicanas. El soldado que interpreta O´Conell es involuntario testigo de estas tramoyas y, por eso mismo y sin él saberlo, no sólo quieren su muerte los irlandeses más fierreros, sino también los servicios secretos británicos que le temen a su testimonio. Toda la complejidad del entramado del Norte de Irlanda mantiene su tensión hasta el fin de la historia, sin caer en golpes bajos ni en soluciones tan simplistas como irreales. Sin embargo…, queda sin responder la pregunta que mi cuate Esteban les hiciera a los yanquis asentados en Panamá.

Con Esteban fuimos compañeros en primer año del secundario, y luego vecinos de barrio cuando tuvimos cambiados los turnos del cole: en la parada del bondi nos pasábamos los trabajos de las materias, y los profes corregían 2 veces los mismos laburos pero los calificaban de modo diverso, dependiendo del concepto que nos tenían a cada uno. Después me mudé y nos perdimos el rastro, hasta que en el lapso de un año y monedas nos cruzamos dos veces casi en la misma esquina. En la primera ocasión, él dudaba si seguir padeciendo ingeniería o si largarse a recorrer Latinoamérica. En el segundo encuentro, rebosaba felicidad: recién llegaba de México, se disponía a cambiar de carrera. Entre las anécdotas del viaje, destacaba la de su distraída entrada a la zona del Canal de Panamá; lo detuvieron unos marines que le preguntaron que hacía allí, a lo que Esteban contestó: “¡¿Qué hacen ustedes acá?!”

Esa es la pregunta crucial, porque si queda sin responder todo el resto puede  estar muy bien, pero se pierde el sentido del drama de una nación y de su pueblo. Los irlandeses pueden tener mil quilombos entre ellos, pero los ingleses no tienen nada que hacer allí. Y la mentira más grande que se dice en “´71” la formula un milico cuando les asegura a los soldados que, aunque vayan a Belfast, siguen estando en el mismo país. No jodan: son fuerzas de ocupación en una patria llamada Irlanda. ¿Y qué carajo hacen ustedes acá?

Por Carlos Semorile.

1 comentario:

  1. Coincido: "¿Y qué carajo hacen ustedes acá?". Felicitaciones por la crítica.

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