(Composición del afiche: Oscar Rovito)
Llega el nieto 116 y aparecen algunas pocas fotos de
sus padres. Verlas así, multiplicadas y con diversos epígrafes de bienvenida,
invita a pensar en la cantidad de veces que acaso ya vimos a Ana Rubel y a Hugo
Castro. Esos rostros nos son conocidos y creo que hay algo en sus gestos, pero
sobre todo en sus miradas que nos provocan ese efecto de familiaridad. Los ojos
sonrientes de Hugo y el gesto de Ana como diciendo “ajá, mirá vos!”, son parte de
una cierta mirada argentina. Creo que incluso nos intuyeron a nosotros, los que
hoy los miramos a ellos para completar un ciclo de justicia. Y recuerdo lo que compartió
Teresa Perrone sobre una amiga suya que le dio un
beso a la Presidenta: “Me habló sobre la mirada de Cristina, me dijo algo así
como que era una mirada tan seria, tan profunda, una mirada que encerraba la
mirada de su generación, de la nuestra”. Los que supieron ver, los que
enseñaron a mirar.
Por Carlos Semorile.
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