miércoles, 3 de junio de 2015

Razón de vivir



(Foto: Graciela Sajavicius)

Quedaron muchas imágenes muy emotivas de la Plaza del 25, pero creo que esta es la más conmovedora de todas. En ella se resume una devoción laica que muchos sentimos cada vez que oímos la voz de Cristina. Ahí está, palpable, el silencio de cientos de miles que nos juntamos a escuchar a la única conductora que tiene esta Argentina renacida de sus cenizas. Es una estampa de los sufrimientos pasados, de un prodigioso presente que nos arranca lágrimas de dicha –“Cristina deshidrata”, dice una compañera sabia- y de las plegarias que elevamos para continuar por esta senda de reparaciones que necesitamos seguir transitando. Y, finalmente, también es un credo que nos permite decidir que seguiremos poniendo nuestra sabia en esta tierra.

Por Carlos Semorile.

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