Sin melancolía. Sin bajón ni despedidas anticipadas. Esta
vaina sigue, y nos necesita despiertos, alertas y concientes. Con el amor
intacto, incrementado por estos doce años de lágrimas y reparaciones. Sabiendo
que nada ni nadie es más importante que todos los que hoy vibraron juntos en la
Plaza. Nos hemos recobrado espiritualmente, y podemos seguir construyendo la
Patria que soñamos. Con los dedos en V, porque Cristina sigue siendo la Jefa y
porque “todos unidos triunfaremos”.
Por Carlos Semorile.
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