Seré breve. Cavallo fue, junto a Martínez de Hoz, uno
de los más dañinos ecónomos de nuestra historia, sólo que José Alfredo ha
fallecido y Domingo Felipe está muerto en vida. Únicamente el soez ilusionismo
de los medios puede ocultar tamaña verdad: el otrora “súper ministro” ha
quedado reducido, gracias a la década ganada, a un muñeco de feria. Cavallo
debería considerar si la cárcel, que se ha ganado largamente, no es negocio. Y
los demás –huevoneadores incluidos- pensar si en plena batalla contra los
buitres vale la pena gastar pólvora en chimangos.
Por Carlos Semorile.
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