domingo, 13 de diciembre de 2015

La restauración infracultural



Nomás asumieron y ya cerraron, a palos y golpes, el Centro de Artes Batalla Cultural de Vicente López. Ha comenzado “la restauración infracultural”, que no es otra cosa que el retorno a la barbarie neoliberal en el terreno económico/material y también en el terreno simbólico/espiritual. Esta barbarie infracultural tiene un fuerte olor a revanchismo y un odio exacerbado hacia las expresiones de la cultura popular, pero en su núcleo duro busca desactivar la organización y la militancia para que las mayorías no podamos construir alternativas de poder. Como leí por ahí, quieren que vuelva cada uno a su lugar: Susana y Mirtha a las tapas, D´Elía y Milagro Sala a los piquetes, los gerentes al gobierno, los negros al conurbano y los pibes a mirar Disney Channel. El país liberal se ordena como una sucesión de ghettos, y nadie puede salir impunemente del lugar que los poderosos le han asignado. 

Pero esta no es la canción de Serrat, donde “cada uno es cada cual”, y cuando el sol señala que llegó el final “vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”. Acá algo se “desacomodó” profundamente, y hemos pasado muchas jornadas desplazados del lugar que nos tenían asignados. Y ese deambular por lugares inéditos, e inesperados, es una de las formas más genuinas de la política entendida como el encuentro con otros que también comprendieron que nuestra “calle se vistió de fiesta”. Y es a las calles –como en el final de la campaña- a donde debemos volver cuanto antes para evitar que nuestros compatriotas acepten mansamente regresar al lugar en el que los macrianos los quieren ubicar despiadadamente. Aprovechando la energía aún latente de la marcha del día 9, hay que recuperar el sentido de la iniciativa y seguir ocupando el corazón de la ciudad.

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