sábado, 13 de septiembre de 2014

Linajes políticos, herencias revolucionarias



No es habitual asistir al nacimiento de un dirigente político de masas, de un hombre que pueda plantarse ante una multitud y encontrar –en medio de la emoción que lo embarga- la calma necesaria para enhebrar las ideas y lanzarlas hacia las compañeras y compañeros, y hacia mucho más allá también. Extraordinario fue, por donde se lo mire, el alumbramiento de Máximo Kirchner, ya no como cuadro de La Cámpora, sino como un hijo de este pueblo que es capaz de conducir, entusiasmar y dotar de palabras y pensamientos a la militancia y a los neutrales también.

Es verdad que “no hay apellidos milagrosos; hay proyectos de país”. Pero también es cierto que existen ciertos linajes políticos que legan unas muy precisas y determinadas herencias revolucionarias. Y Máximo se alzó sobre sí mismo, y con un coraje admirable, nos llamó –como si lo hiciera el propio Néstor– a seguir apoyando a Cristina. La Presidenta que da todas las batallas “con el pueblo como bandera”
   
Por Carlos Semorile.

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