La industria es cosa seria. Genera fábricas,
talleres, comercio interior y exterior, equilibra los famosos superávits
gemelos –de las balanzas fiscal y de pagos-, y expectativas a futuro con planes de inversión y explotación. Pero también
implica nuevos empleos, capacitaciones, estudios “ad hoc”, y en definitiva esos
puestos de trabajo que para los de laburantes representan unos mangos, y esos
manguitos les permiten sostener “un pequeño horizonte para cada esperanza”.
Por eso, con los números
en una mano, y en la otra su corazón de argentina que no quiere ser otra cosa
de lo que es, la Presidenta les habló a todos los que forman parte, lo sepan o
no, de la industria NACIONAL. Y les dijo que, si de verdad pretenden que sus hijos
hereden sus prósperas industrias, necesitan saber que el destino de sus
negocios está atado a un proyecto de industrialización y de creciente
ampliación del mercado interno.
Porque su responsabilidad
es mayúscula, y hay mucho sátrapa suelto dorándoles la píldora. Pero ha pasado
mucha agua bajo estos puentes y ustedes, señores, ya son “gauchos grandes” y no
deben permitir que los tomen por giles. Entiendan de una vez y grábenselas para
siempre –y por su propio bien- las palabras de Cristina: “La Patria no es una
entelequia".
Por Carlos Semorile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario