Desde siempre se nos ha reprochado el ser un
continente advenedizo, pueblos sin historia que nunca habríamos salido de la barbarie
y que -por eso mismo- jamás alcanzamos las formas superiores de la organización
política. Pero como somos porfiados, lo que no logramos en el transcurso de
siglos, acaso lo alcancemos al cabo de pocos meses. Cuesta comprender cuándo
comenzó nuestra Edad Media, sobre todo porque el tiempo va retrocediendo no
tanto por etapas, como por ministerios, organismos y reparticiones. En algunos
sectores ya entró de prepo, pero otros aún resisten. Que la Edad Media llegue
de la mano del Cambio no es la mayor de sus ironías. Hay quienes celebran la dizque
inexorable llegada del Medioevo: creen que al fin entrarán en la Historia.
Por Carlos Semorile.
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