jueves, 20 de agosto de 2015

No le canten a los desalmados



Decía Raúl González Tuñón –pero lo aprendí de escuchárselo al Cuarteto Cedrón- que “el tiempo humilla y ultraja todo…, todo menos la canción”. Y es así nomás. Y si no vean cómo se suceden las generaciones y, pese a todo lo que nos han hecho, “La Marchita” ni se humillada ni se ultraja. Y es que “las civilizaciones se derrumban, pero la cultura no”, y entonces cantamos todo aquello que nos devuelve un imagen digna de nosotros mismos. Porque, gracias a Dios, nuestros creadores jamás creyeron que fuésemos una factoría: escucharon al pueblo y, más allá de derrotas circunstanciales, presintieron la Nación. Y lo mismo hicieron nuestros amados líderes que siempre supieron, como hoy dijo Cristina, que los desalmados no merecen nuestras canciones.

Por Carlos Semorile.

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