jueves, 6 de agosto de 2015

El que siembra esperanzas, cosecha voluntades



Vibrante discurso el de Aníbal anoche. Un vendaval de conceptos y de mística, rescatando la “voluntad calvinista” de Néstor, y la recuperación de la palabra política durante estos doce años de épica y reparaciones. Y un emotivo reconocimiento a los jóvenes, no como hijos (que de eso ya hubo bastante) sino como hermanos menores que están destinados, inexorablemente, a llevar adelante la revolución sí o sí, y aunque vengan degollando. Un lujo y un horizonte cierto, porque quien siembra esperanzas, cosecha voluntades.

Por Carlos Semorile.

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