sábado, 18 de julio de 2015

Como dos hermanas



Si habré visto este gesto entre mi madre y sus hermanas, o entre mis tías, las de sangre y las del alma. Cuánto hay en esa ayuda de ternura, de caricia, de cobijamiento amoroso y fraterno. La que asiste y la que se deja asistir, como llegando juntas a un cita con el cariño de una amistad bonita. Como cuando las amigas caminan agarraditas del brazo, y se dicen cosas secretas y se ríen y son bellas. E iluminan las vidas de sus hijos. Y son preciosas, y son nuestras.

Por Carlos Semorile.

No hay comentarios:

Publicar un comentario