miércoles, 16 de julio de 2014

“Javier Mascherano, el custodio de los museos cerrados”



En épocas mundialistas, el genial Fontanarrosa parodiaba a la "intelligentzia" liberal con el personaje de J.J. Serenelli, “el Yaya Serenelli”, un imbécil que despotricaba contra todo lo popular al igual que lo hacía y lo sigue haciendo Juan José Sebrelli. ¡Qué lástima que el Negro no haya alcanzado a escuchar el desopilante relato de Beatriz Sarlo en su descenso al infierno del mayoritario sentir nacional futbolero! Si el rosarino hubiese recreado la escena de Sarlo impotente e incrédula frente a las clausuradas puertas del Malba, tal vez nos hubiera regalado un personaje como, digamos, “Betty Trenzarlo, la famosa reflexóloga pampeana”, autora –entre otros- del best seller “Javier Mascherano, el custodio de los museos cerrados”.

No escribo estas líneas, ciertamente ultrajantes, desde un prejuicio antiintelectual o antiestético. Muy por el contrario, creo como Camus que “está la belleza y están los humillados; por difícil que sea la empresa no quisiera serle infiel ni a los segundos ni a la primera”. Es posible transitar ese camino en el cual caben las exposiciones y las multitudes, pero esto debe ir acompañado de una reflexión en la cual “los humillados” no queden subordinados a “la belleza”. Esto es lo que confiesa Sarlo cuando narra su expedición fallida y quizás, en el  fondo, no esté tan errada: cuando el pensamiento se estanca y muere, se convierte en pieza de museos.

En este sentido, no comparto el reiterado convite que le formula el flamante Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. Es, en el mejor de los casos, fantasioso que se pueda debatir ni tan siquiera la noción de “república”, supongamos, con quien se declara fascinada por una ocasional luminaria del Empire State Building. Allí queda ocluida cualquier argumentación y, sin excluir otras fuentes, vamos a encontrar muchas mejores ideas para pensar “lo republicano”, desde una perspectiva nacional y popular, en el artículo que Eduardo Rinesi escribió para el primer número de “Debates y Combates”.

Ya tendremos noticias de cómo la Sarlo vivió el lanzamiento de las actividades planificadas por la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. ¿Diferirán demasiado de lo que ya expuso frente al sentir nacional de las mayorías? ¿Se privará de mofarse de que haya existido, exista y se persista en construir un Pensamiento Nacional que sea nuestra herramienta para discutir y afianzar una identidad permanentemente acosada por una idea auto denigratoria de todo lo propio y exaltadora de todo lo ajeno? Seguramente desdeñará los proyectos en curso, e impugnará la matriz que los sustenta. Parafraseando a Borges, Sarlo ha entrado en el mundo de los “incorregibles”. Ella no lo sabe pero forma parte del universo peronista que todo lo absorbe, incluso su negación, incluso su contrario. Y, desde su penoso periplo del domingo, forma parte del mundo de los potreros que también incluye y absorbe los museos, las muestras e inclusive las “vernissages”. Creo, finalmente, que una inteligencia como la de Borges hubiese evolucionado mejor y, acaso, escribir “Javier Mascherano, autor del Facundo”, un cuento donde la Barbarie es preferible a la Civilización.

Por Carlos Semorile.

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