domingo, 22 de junio de 2014

Todos bajo la misma bandera



La consigna no puede ser más acertada: en épocas de acechanzas imperiales, toca defender y resistir cobijándonos “todos bajo la misma bandera”. No es nada nuevo: en la Argentina kirchnerista, los oficialistas hace rato que venimos resistiendo los embates de todo tipo que pretenden devolvernos al 2001, y más atrás también. Pero esta vez hay un panorama que, sin perder sus condimentos dramáticos, tiene ribetes caricaturales. Empezando por un juez que parece la estampa viva de un buitre encaramado en la cima del mundo bursátil, y siguiendo, claro, por el tema de los famosos bonos. “¿Alguien vio alguna vez un bono?” En la puta vida, y ni hablemos de saber dónde se compran, cuánto valen, y cómo se negocian.

Eso lo saben los personeros del “buitrismo” que, como bien dice Federico Bernal, es “la etapa superior del mitrismo”. Mitrismo en su doble acepción de falseamiento de la Historia y entrega de la fortuna nacional; o mejor dicho: negacionismo de la historia nacional (de las luchas del pueblo, de sus héroes, de sus jornadas épicas, de su mística) para proceder a la entrega del patrimonio social acumulado de los argentinos. En la actual encrucijada de apriete contra la Nación y su capacidad cierta y comprobada de crecer y pagar con una quita razonable, el “buitrismo” apuesta a hacer caer la reestructuración de la deuda argentina.

Pero, por sobre todo, quiere hacerle creer a usted que no valemos nada y que estamos condenados a poner, otra vez, el pescuezo para el festín insaciable de los buitres. Esa libra de carne que piden los mercaderes contiene las proteínas que desde hace una década vuelven a estar presentes en las mesas de los argentinos. Y usted puede no haber visto jamás un bono, pero esto lo entiende perfectamente. Por eso, dígale no al “buitrismo” y súmese a esta unidad nacional que, en defensa propia, nos necesita a todos bajo la misma bandera.

Por Carlos Semorile.

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