“A través de la ciudad” recopila las
notas que Raúl Scalabrini Ortiz escribiera para La Nación entre 1928 y 1930,
cuyo contenido está dedicado a cuestiones de índole municipal de la ciudad de
Buenos Aires: baches, impuestos excesivos, servicios mal prestados, baldíos
donde pululan las ratas, cuadras “tomadas” por barras de muchachotes
insolentes, empresas que incumplen normas, inspectores coimeros, obras
inconclusas, inundaciones, falta de alumbrado público, etc.
Es una oportunidad para quienes deseen
conocer la ciudad de hace casi un siglo, y puede ser leído en una línea de
continuidad respecto de la “Crónica y diario de Buenos Aires”, en la que
Alberto Mario Salas recrea la aldea colonial de Santa María, ya aquejada de
muchos de esos mismos problemas que un siglo más tarde retomará Scalabrini.
Pero, sobre todo, es una excelente
ocasión para conocer al Scalabrini anterior a su etapa de lúcido ensayista del
Pensamiento Nacional. Del primero al segundo hay una distancia considerable, y
es lícito imaginar el arduo trabajo que Scalabrini fue haciendo consigo mismo
para despojarse de ideas que obstaculizaban su comprensión del país y de las
fuerzas que imposibilitan su emancipación. Como él mismo dijera: “El que no
lucha se estanca, como el agua. El que se estanca, se pudre”.
No es fácil acceder a las sencillas
verdades que nos brindan los pensadores nacionales y populares, y no lo es por
la simple razón de que todo está dispuesto para que no encontremos nunca los
tesoros del Pensamiento Nacional. Pero aún hallando el escondido cofre de las
generosas y patrióticas reflexiones de nuestros pensadores, todavía hay que
despojarse del “autodesagrado argentino”. Y hacerlo cada día…
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