jueves, 13 de septiembre de 2012

Despertares


Oliver Sacks (el neurólogo sobre cuya experiencia se hizo la película “Despertares”) escribió que “el lenguaje no es sólo un instrumento formal, sino la expresión más exacta de nuestros pensamientos, nuestras aspiraciones, nuestra visión del mundo”. Ayer, mientras Cristina argumentaba y explicaba las razones de un acto de gobierno que beneficia a cientos de miles de compatriotas, algunos caceroleaban. Y me pregunto, ¿cuáles serán las aspiraciones, y qué visión del mundo tendrán aquellos que tocaron la bocina mientras duró la cadena nacional (que no escucharon)? ¿Las cacerolas -las de anoche y  las que con espontánea furia se disponen para hoy-, son realmente la expresión más exacta de algún pensamiento? Porque si tal cosa existe -como creo que existe-, el gran logro de todos estos años de formidables conquistas materiales y espirituales, es que ese “pensamiento cacerolo” se haya vuelto inconfensable. Los mismos que degradan la política y continuamente machacan con un republicanismo careta, no están en condiciones de revelar sus verdaderas aspiraciones. Ni mucho menos su visión del mundo, que sólo comparte el núcleo duro de quienes convocan a golpeteo. Al resto (a los que circunstancial y erradamente acompañan), como en la peli de Robin Williams, hay que ayudarlos a despertar.
Por Carlos Semorile.

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