miércoles, 19 de agosto de 2020

Migración de gansos

A los miembros del muy conservador Partido Demócrata de Mendoza y -por extensión- a los miembros de la oligarquía viñatera de esa provincia cuyana, se los conoce popularmente como “los gansos”. El mote nació en 1918 en un periódico lencinista (“El Gaucho” Carlos Washington Lencinas era el líder de las masas empobrecidas de Mendoza, y jefe de la de la UCR local) como caricatura del modo de andar “envarado” de los copetudos, que caminaban como estas aves.

A fines de junio, el ex gobernador Cornejo –presidente de la UCR, y aliado clave del macrismo- lanzó la idea de la secesión de su provincia porque “Mendoza tiene todo para vivir como un país independiente, pero no lo tiene hoy. Hoy necesita de la Argentina y la Argentina lo perjudica en la calificación de riesgo, en el acceso de crédito internacional, para traer inversiones. Podría ser un país pero con un programa común de su elite política empresaria para desarrollar ese camino”.

Como se ve, es un llamamiento con varios destinatarios: a la propia elite local, y una formidable mojada de oreja al gobierno nacional, al cual se amenaza con desmembrarle una de sus provincias más ricas.

¿De qué vivirían concretamente los independentistas mendocinos? El sinuoso Cornejo –líder de un centenario partido con representación en todo el territorio nacional, adviértase la paradoja- no lo expresa. O acaso sí lo hace cuando dice que tendrían acceso al crédito internacional, que es el modo eufemístico de plantear que, de movida, endeudaría a más no poder a la “autopercibida” república de los gansos.

Todo esto viene a cuento porque, entre las postales que dejó una nueva jornada de promoción del virus y del número de contagios, está la de un señor morrudo ataviado con un coqueto “panamá” onda turista, un tapabocas que reproduce la mandíbula, la boca y la nariz de un gorila, y una remera que reza: “Mendoza, el mejor país del mundo. (Asterisco) MendoExit”. Pese a su provocativa indumentaria, su gesto -ante el deschave del fotógrafo- es adusto como el de un “carapintada”.

A título personal, me parece poco probable que se verifique la migración de los gansos, llevándose a toda una provincia en su vuelo. Pero, como en política nada está escrito de antemano, deben tomarse en serio estas manifestaciones de gorilismo oligárquico en cruza con  secesionismo regionalista. No hay que olvidar que a fines de 1929 los conservadores mendocinos asesinaron al Gaucho Lencinas, y que en San Juan se organizó un multitudinario asado de festejo al que asistió el entonces Fiscal de la Intervención Federal en Mendoza, el radical Ricardo Balbín. Los hábitos de estos gansos son tan regulares como las migraciones: siempre están, como dijo Walsh, “dispuestos al asesinato”.

Por Carlos Semorile.


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