miércoles, 26 de agosto de 2015

Las canaletas de “la tarasca”



Ay, Adelmo, la paliza que te dio Cristina! ¿Sabés que pasa, querido? Te lo explico con una anécdota de Jauretche: “Sí, en nuestro país llueve riqueza, pero como decía mi amigo Ortiz Pereyra, ¿qué es lo que ocurre que estamos todos secos? Sucede que el país está techado y tiene canaletas que llevan toda esa lluvia de riqueza hacia Estados Unidos o Inglaterra. Por eso, el pueblo no recibe nada de esa riqueza. Eso es el imperialismo (…) Perón no arrancó totalmente ese techo (…) pero le hizo un agujero grandote… y todos empezamos a mojarnos (…) Después, en septiembre de 1955, lo restauraron y ahora estamos otra vez todos secos, como antes”. No te voy a contar a vos, Adelmo querido, de cómo ustedes volvieron a re-techar todo desde 1976 al 2003, ¿no? Pero vinieron Néstor y Cristina y, si bien no arrancaron totalmente ese techo, le hicieron un agujero grandotote. Y, bendito sea el populismo, todos empezamos a mojarnos. Se entiende, Adelmo, que odies las canaletas del kirchnerismo. Pero un país es serio cuando los millones de laburantes que forjan su riqueza, reciben su merecida parte de la tarasca. Eso es el peronismo.

Por Carlos Semorile.

sábado, 22 de agosto de 2015

La crisálida



Luciana Jury canta las primeras estrofas con los ojos cerrados. Luego mira a la gente como reconociendo a los habitués de una taberna colonial, una fonda que noche a noche se llena de amigos que quieren escucharla otra vez. El tercer movimiento es cuando ella clava los ojos más allá del público, y ese es el momento de la turbulencia. Porque de eso se trata: las canciones de la Jury siguen brotando de su raíz pero están hechas para despegarse del suelo. Pero no tema, porque unos versos más adelante viene un recodo -que es como un dulcísimo remanso de ternura- donde usted, que ya está advertido, tiene la chance de prepararse para alcanzar de nuevo ese “cielo lleno de flores”.  

Como dice la canción, y como retrata el dibujo que Cristian Mallea le hizo para la portada de “La Madrugada”, allí están el “torbellino de estrellas” que la Jury trae en las caracolas de su voz y de sus cabellos. Puede ser una copla, una milonga o un bolerazo de aquéllos. Lo cierto es que, luego de pasar por las entrañas de esta cantora formidable, revolotean como maripositas de amores para que usted se las lleve. Pero no se crea que es gratis. Mientras disfruta de tanta música, hay algo que lo tiene inquieto: ¿cómo hace la Jury para cantar así? ¿No le pareció oír un como latigazo de la Merello, o un temblor de los de Favio? ¿Y qué son esas piruetas escénicas sino apariciones fugaces de Niní Marshall? Ella misma, que además es generosa, nos saca las dudas: su canto es tributario de los escritos del “Negro” Zuhair Jury. Y recomienda leer “El glorioso velorio de la Juana Pájaro”. Y allá vamos, para “visitar el alma mía”.

Por Carlos Semorile.

jueves, 20 de agosto de 2015

No le canten a los desalmados



Decía Raúl González Tuñón –pero lo aprendí de escuchárselo al Cuarteto Cedrón- que “el tiempo humilla y ultraja todo…, todo menos la canción”. Y es así nomás. Y si no vean cómo se suceden las generaciones y, pese a todo lo que nos han hecho, “La Marchita” ni se humillada ni se ultraja. Y es que “las civilizaciones se derrumban, pero la cultura no”, y entonces cantamos todo aquello que nos devuelve un imagen digna de nosotros mismos. Porque, gracias a Dios, nuestros creadores jamás creyeron que fuésemos una factoría: escucharon al pueblo y, más allá de derrotas circunstanciales, presintieron la Nación. Y lo mismo hicieron nuestros amados líderes que siempre supieron, como hoy dijo Cristina, que los desalmados no merecen nuestras canciones.

Por Carlos Semorile.

jueves, 6 de agosto de 2015

El que siembra esperanzas, cosecha voluntades



Vibrante discurso el de Aníbal anoche. Un vendaval de conceptos y de mística, rescatando la “voluntad calvinista” de Néstor, y la recuperación de la palabra política durante estos doce años de épica y reparaciones. Y un emotivo reconocimiento a los jóvenes, no como hijos (que de eso ya hubo bastante) sino como hermanos menores que están destinados, inexorablemente, a llevar adelante la revolución sí o sí, y aunque vengan degollando. Un lujo y un horizonte cierto, porque quien siembra esperanzas, cosecha voluntades.

Por Carlos Semorile.

lunes, 3 de agosto de 2015

Redondito y de ricota



Los que alguna vez –en el pasado, el presente o el porvenir- trajinamos las misas ricoteras, sabemos que Aníbal no es careta: va de frente y no miente. Y los que alguna vez –en el futuro, ahora mismo, o hace añares- leímos el Martín Fierro, sabemos que Aníbal es un gauchazo del tiempo de antes: manso con los mansos y torazo en rodeo ajeno. Por todo ello, en Aníbal se conjugan las mejores tradiciones argentinas. Las que no se manchan ni con mil canalladas.

Por Carlos Semorile.