“Al paso que van los años,
sólo
tienes lo que das.
No te
duermas, Capataz,
sobre
el rumbo de la estrella,
si vas
abriendo una huella
pa´
que sigan los de atrás…
Soy del llano o de la selva,
del
cerro o del Litoral.
Pa´
mí, no todo es igual…,
y pa´
no errar el camino,
en
todo soy argentino
y en
todo soy nacional”.
Buenaventura
Luna, 1953.
Si recurrimos a estos versos de Eusebio Dojorti para hablar de “Norberto
Galasso. Pensar en nacional” es porque nos parece que sintetizan la labor de
todos aquellos hombres a los que Galasso dedicó su vida de investigador y
escritor comprometido con la causa del pueblo, sirviendo él mismo de puente para
que sus huellas permanezcan y las “sigan
los de atrás”, porque “las ideas
necesarias siempre se imponen, se irradian, tardan a veces en imponerse, pero
logran imponerse porque se encuentran con la realidad”.
La bonhomía de Galasso, su don de gentes y su carácter afable, no son
incompatibles con su diáfana y firme defensa de ese pensar en nacional que
caracterizó a Jauretche, Scalabrini, Arregui, Cooke, e incluso a él mismo.
Cuando habla de ellos en el documental, lo hace con una capacidad didáctica
envidiable a la cual suma una emotividad apenas perceptible, pero profunda y
cálida en el modo tierno en que rescata sustantivas anécdotas.
Es poco común encontrar a un pensador tan ecuánime en sus opiniones y
que es capaz, por ejemplo, de exponer los ásperos debates entre Perón y Cooke sin
juzgar ni condenar cada una de las opciones que plantearon.
También es notable la manera es que sale airoso de planteos que se
desvían del conflicto medular de una etapa, y lo hace sin necesidad de
estridencias, enojos ni, mucho menos, la descalificación del consultante.
La importancia de Galasso está sustentada en más de sesenta años de
publicaciones (folletos, artículos, libros) más presentaciones, debates, su
propia escuela de formación, pero sobre todo en su lucidez para nunca “errar el camino”: de todos los papeles
y carpetas que se desparraman por sobre su escritorio, sus bibliotecas y hasta
en el piso de su estudio, la única vez que lo vemos corregir la posición de una
imagen es cuando centra la foto enmarcada donde se lo ve junto a la expresidenta
Cristina Kirchner.
Por todas estas razones, debemos agradecerle a Federico Sosa por haber
pergeñado este valiosísimo documental, y a Norberto Galasso todo lo que ha escrito,
pensado, perseverado y militado como argentino de la querencia popular de los
nacionales. Pues esa es la única corriente que nos hermana.
Por Carlos Semorile.
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