jueves, 27 de junio de 2024

La "onda Marie Kondo" y la clase media votando a sus verdugos


 

Acabo de ver esta "maravilla" en el féis, similar a otras de aspecto impoluto que también generan masivas adhesiones que se traducen en frases como "mi casa soñada" y otras huevadas por el estilo.


No es una tapera, desde luego, pero es mucho menos habitable que los derpas donde viven sus extasiadas/os/ admiradores clasemedieras/os que "compran" la "onda Marie Kondo" de ajustarse, empezando por el espacio que a nosotros -que no somos japoneses- nos recontra sobra.   


Por ejemplo, para subir esa escalerita de morondanga hay que ser uno de esos egipcios de los jeroglíficos; si regás las plantitas que están ubicadas allí, se te mancha la paré, amén de que dudo que les llegue un tenue rayo de sol; supongamos que allí vive una pareja -o que alguien pasó la noche como “partenaire” sexual del/la langa que vive ahí-, quien primero se levanta a hacerse un mate inevitablemente lo despierta al otro/a/e; ¿el baño está arriba o está abajo? -contá la cantidad de veces que subís/bajás para "hacer uso"-; ¿cómo carajo conciliás el sueño con esa cantidad de luz invadiendo todos los espacios?; ¿dónde ponés la escoba, el balde y el secador de pisos?; etcétera, etc., etecé.

 

Una de las máximas del arquitecto Rodolfo Livingston era que "lo más barato de todo es pensar". Él lo decía en relación a su oficio, pero vale para todo lo demás: estamos como estamos porque muchas/os ciudadanas/os han abdicado de su capacidad de raciocinio y "compran" las ideas más estrechas que el hombre ha sido capaz de crear.

 

Al paso que vamos, la próxima moda va a ser mudarse a los vagones con los que los nazis llevaban la gente a los campos.

 

Adenda: Sobre las ensalzadas y puras "virtudes" de la milenaria cultura nipona podríamos hablar un rato largo: pregúntele a los chinos sobre las masacres que en su tierra cometieron los "hijos del sol naciente", o simplemente recuérdese que fueron aliados del III Reich.

 

Carlos Semorile.

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