viernes, 20 de agosto de 2021

"Ni es cielo ni es azul"


   “Lástima grande que no sea verdad tanta belleza…”, así cerraba Virgilio Expósito el recitado que precedía a la ejecución del tango “Maquillaje”. Desde ahí en adelante, al menos en este rincón del orbe, los versos de Lupercio Leonardo de Argensola quedaron grabados como una desmentida de todo aquello que preferiríamos ver como ideal pero que, ay!, suele no serlo. ¿Qué cosas? El mundo, en ciertas épocas.

 

Como dice la propia autora, no podía elegir un título que le calzara mejor a la historia que su libro narra y que es la de su suegro, Abraham Zanger, sobreviviente del gueto de Lodz y de los campos de exterminio nazis de Auschwitz Birkenau. Cuando el Ejército Rojo liberó los campos, Abraham logró regresar a Lodz y allí constató que de su familia no quedaba nadie vivo. Tenía apenas 19 años. Cuando seis meses después lo convocaron para el servicio militar, decidió emigrar.

 

Este brevísimo resumen (adelanto poco y nada, casi todo puede leerse en la contratapa del libro) es sólo una parte de las búsquedas de todo tipo que Inés Bruzzi realizó para poder darle un marco adecuado a los testimonios de su suegro. Entrevistas, cine de ficción, documentales, crónicas históricas, libros y artículos de investigación, fotos, todo ello va quedando registrado como parte de la trama, una segunda línea de la historia que uno va siguiendo con el mismo interés que la primera.

 

Con ser bueno, esto no es todo porque, en verdad, este libro es la historia de un diálogo amoroso mantenido a lo largo de muchos años, respetando los silencios de su suegro, pero sosteniendo la escucha. Y poniendo su propia capacidad de investigación al servicio de la mayor comprensión posible acerca de acontecimientos que todos creemos conocer y de los que, en realidad, sólo sabemos una ínfima parte, y por eso nunca nos hacemos las preguntas que pueblan este trabajo.

 

Aquí es donde debemos decir que “ese cielo azul que todos vemos” a veces puede sorprendernos con su persistente añil, y con la belleza de páginas como las que Inés Bruzzi escribió para que viva la memoria de Abraham Zanger y, en ella, todo lo que cabe en la palabra resistencia.

 

Por Carlos Semorile. 

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