“República de
morondanga” no es sólo un gran hallazgo del lenguaje que resignifica en clave
popular la apropiación neoliberal del término “república”, sino que nos sitúa
en el terreno de las grandes lecturas culturales que el peronismo nunca debe
abandonar: “Sabemos que se puede tener
razón, en un momento dado, políticamente; pero eso no sirve si no se tiene
razón históricamente” (Cooke, 1951).
De modo dialéctico, y sabiendo que la razón
histórica está del lado del pueblo y no de las corporaciones, se impone
conquistar ese “sentido común” que da el tono a un determinado período
histórico. Como también dijera Cooke hace setenta años: “Si ‘
Hace cien años que los diarios esmerilan los procesos populares. Creer que se puede convivir con ellos en una medianía de morondanga ya no es un error político, sino histórico. Y para que la disputa por la coyuntura sea también histórica debe estar, como ayer, llena de épica.
Por Carlos Semorile.
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