“Profundamente
argentina” reúne trece discursos a través de los cuales -como dice el “Gallego”
Fernández en el Prólogo- Cristina ejerció la “conducción, orientando al Pueblo, a la militancia y a los cuadros
auxiliares” durante la etapa de nueva “Alianza” neoliberal que hoy nos deja
un panorama de devastación económica, social y cultural como pocas veces se
produjo en un plazo de tiempo tan breve y tan duro.
Reconforta saber
–o recordar- que en una de sus intervenciones en el Senado, Cristina les haya
dicho en la cara que el plan de gobierno que estaban llevando adelante “Es perverso socialmente, es de sociópatas”.
O que en otra oportunidad,
cuando se debatía la “Ley antitarifazos”,
les advirtiera: “¿Saben por qué pueden hacer todo
esto ustedes? Por la impunidad mediática que tienen, pero ¿saben qué? Les juega
en contra, porque creyeron que podían hacer cualquier cosa. Este es el tema de
tener impunidad mediática. Finalmente, terminan pasándose de vueltas en las
decisiones que toman y luego la crisis se torna incontrolable”.
Cristina vuelve
una y otra vez sobre el rol de los medios monopólicos porque “en este mundo en el que se escucha poco y se mira todo, es necesario
volver a reflexionar, volver a formarnos, volver a escuchar”.
Y, entonces,
caracteriza la etapa de la
Alianza Cambiemos como tributaria de “un blindaje mediático increíble como nunca se
vio en la historia de la República
Argentina. Sólo me hace recordar al blindaje que tuvo la
dictadura en materia del Terrorismo de Estado (…) Que no solamente es un
blindaje mediático a favor de las políticas del gobierno que están provocando
esta verdadera catástrofe social y económica. Es también el servicio de
blindaje mediático para los que levantan la mano o presentan proyectos como
éste, y al mismo tiempo presta el servicio de ataque furibundo y brutal contra
aquellos y aquellas que no formamos parte de ese dispositivo de lo que se ha
dado en denominar muy amigablemente ‘la gobernabilidad’, y que yo creo que en
muchos casos hace más juego con la complicidad”.
No se trata de
un exceso de adjetivación –que, por otra parte, no lo hay-, sino de situar desde
dónde se ejerce el “verdadero poder”,
y señalar que ese Poder sale indemne de las crisis que genera: “Fíjese que los fracasos de los gobiernos
nunca fueron responsabilidades de los medios de comunicación, que muchas veces
los promocionaron y los impusieron con noticias falsas, con mentiras, con un tratamiento
absolutamente diferente según quién fuera el partido político o el dirigente. Al
contrario, siempre los que terminan siendo responsables de todo lo que pasa son
la política y los partidos políticos”.
Este señalamiento es crucial, y puede llegar a
ser determinante en la etapa que se avecina, tan preñada de esperanzas así como
también de demandas, y de urgidas exigencias en cada plano de la vida social.
Por ello, no
son pocas las interpelaciones que Cristina le hace al Pueblo en su conjunto, como
la formidable apelación que hizo en
Racing a cada uno de los sectores maltratados por las políticas macristas. Y
una de ellas, significativa por demás: “Entonces si sos joven, si no conseguís laburo, si además estás podrido
de que te paren porque no les gusta tu cara, tu vestimenta o lo que pensás. Si
no querés vivir en un país donde un pibe desparece, nadie se hace cargo y
todavía no sabemos dónde está Santiago Maldonado”.
Y, junto con
el llamamiento, su propuesta de realizar “un
nuevo contrato social de ciudadanía responsable”: “Este nuevo contrato
social no es ni más ni menos que la búsqueda de una mirada práctica que genere
una base de orden. Un nuevo orden que permita el desarrollo individual de las
personas dentro de las condiciones humanas y espirituales, pero siempre,
siempre en el marco de una realización social colectiva para evitar que el
esfuerzo de cada argentino y cada argentina termine siendo devorado por el egoísmo
y el individualismo”.
Hay mucho más
material para reflexionar a partir de estos trece discursos de Cristina, y cada
quien hará su propia selección y recorte. Por nuestra parte, quisiéramos
concluir con estas palabras –que, en sí, son todo un programa- que Cristina les
dirigió a los jóvenes reunidos en el Plenario de Estudiantes Secundarios, realizado
en la UTN de
Avellaneda el 30 de julio de 2016:
“Yo
siempre quise como Presidenta que cada argentino pudiera elegir su vida, porque
yo tuve la inmensa suerte de poder elegir la mía. ¿Qué significa elegir tu
vida? Significa que vos decidís qué vas a hacer (…) Eso fue lo que siempre
quise, que la dicha, la inmensa suerte que tienen los que nacieron en hogares
donde no les faltó nada, la tengan también el resto de los argentinos. No tiene
que ser un privilegio poder elegir la vida que uno quiere vivir, quiero que en la Argentina siga siendo un
derecho para todos”.
Por Carlos Semorile.
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