lunes, 28 de octubre de 2024

Los partidos de masas, sus internas y los que traicionan


 

Ayer domingo 27 de octubre intentaron asesinar al expresidente y líder popular Evo Morales, quien adjudicó la responsabilidad por el intento de magnicidio a Luis Arce, ex Ministro de Economía y actual Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

Arce llegó a la presidencia como candidato del Movimiento al Socialismo, la fuerza progresista que Evo construyó con paciencia de amauta, pero parece -parafraseando a Cristina- que también en el MAS algo "se torció" y algo "se desordenó".

Nos permitimos la ironía no porque nos guste que, así como existe un "peronismo metafísico", exista un "MAS metafísico" que también es capaz de aunar fuerzas contra su líder natural (llegando incluso a tratar de eliminarlo) y de traicionar el mandato popular recibido en las urnas y pisotear el programa histórico del Movimiento al Socialismo.

Y somos tan irónicos como para mentar un programa que, en el ánimo de muchos de los que critican al peronismo (y sólo al peronismo), sería la única garantía de que éste deje de anidar a sátrapas, canallas y sanguchitos.

Quienes desde el peronismo nos reconocemos como cookistas, somos los primeros en admitir las falencias del "gigante invertebrado y miope" y nunca dejamos de reclamar más realidad y menos metafísica, más verdad y menos zaraza, más lucha y menos folklore inconducente.

Pero tampoco dejamos de señalar que la política de masas -no la de los cultores del programa aséptico e impoluto que no enamora a nadie- genera un proceso de crecimiento que atrae al abnegado y al turro, al luchador y al transero, al honesto y al corrupto. El problema de la representación es transversal a épocas y países y no tiene, ni siquiera en el marco teórico de la Ciencia Política, una resolución tajante y definitiva. Es éso: un problema que ha de resolverse en la marcha, dentro de la dinámica de un proceso de movilización popular. Los pueblos lo saben y por eso, más que seguir una forma vacía (llámese programa, movimiento, partido o constitución) siguen a los líderes que, aún siendo atacados como ayer lo fue Evo, levantan la bandera de sus irredentas esperanzas.

Carlos Semorile.

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