De
la mano de la gobernanza de Alberto Fernández no sólo hay “funcionarios que no funcionan”, sino que la propia discusión política
viene en un declive tan pronunciado que hay quienes se atreven a poner en tela
de juicio el nivel de “peronismo en sangre” de figuras cruciales del ciclo kirchnerista.
Algunos, en su delirio, mascullan que ni siquiera Cristina pasaría la prueba de
sus estériles “peronómetros oxidados”.
Acaso
lo más penoso de esta tramoya –porque a debate no llega- es que obtura en vez
de abrir y que expulsa muchísima más gente que la que incorpora. No siempre fue
así. En 1971, en el célebre reportaje “Los de Garín”, Carlos Olmedo decía: “Nosotros no nos integramos al peronismo; el
peronismo no es un club o un partido político al que uno puede afiliarse. El
peronismo es fundamentalmente una experiencia de nuestro pueblo y lo que
nosotros hacemos ahora es descubrir que siempre habíamos estado integrados a
ella, o dicho de otro modo, es desandar el camino de equívocos y malos
entendidos por los cuales en alguna etapa de nuestra vida no supimos comprender
que siempre habíamos estado integrados a ella en el sentido que está integrado
a la experiencia de su pueblo todo hombre que se identifica con los intereses
de los más”.
Este
planteo de Olmedo se sintetizará en el dicho “peronistas sin saberlo”, el cual explica –allá y entonces, pero
también aquí y ahora- el descubrimiento de haber pertenecido siempre a una
identidad político/cultural. El entrevistador de Olmedo, Francisco “Paco”
Urondo, lo puso en la voz de uno de los personajes de su novela de 1974 “Los pasos previos”: “-¿Desde cuándo sos peronista? –Me parece
que mucho antes que yo mismo me lo imaginara”.
Casi
50 años más tarde del reportaje de “Paco” Urondo a Carlos Olmedo, el entonces ex Ministro
de Economía Axel Kicillof decía en una entrevista realizada en el año bisagra 2019:
“para mí definirme peronista fue un salto
identitario (…) Lo que yo diría hoy es que durante mucho tiempo participé de
ese grupo de argentinos, e incluso te lo extendería a América Latina e
Hispanoamérica, que son peronistas sin darse cuenta”.
Hay
cientos de miles de “peronistas sin darse
cuenta” que lo son, pero para que puedan asumir el “salto identitario” que
implica “desandar el camino de equívocos
y malos entendidos” que los mantuvo alejados del movimiento nacional, es urgente
que la gobernanza se deje de llamados vacíos a la unidad y atienda “los intereses de los más”. Esto es lo
que reclaman tantos compatriotas que son “peronistas
sin saberlo”.
Por Carlos Semorile.
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