Esta foto
parece del período jurásico, pero tiene apenas unos meses. La posteo adrede
como recordatorio del modo envilecedor con que los grandes medios formatean las
conciencias de los ciudadanos, y los vuelven súbditos de slóganes ridículos
como "gobernabilidad", "seriedad",
"transparencia", "previsibilidad", "compromiso",
"equilibrios", y toda la gama de sanatas que cada uno puede incluir
en la lista de versos destinados a opacar el conocimiento sencillo y directo de
la realidad.
Uno de ellos
ha decidido, de manera poco decorosa, terminar de enlodar su apellido haciendo
los cuidados paliativos de un gobierno que se desmorona. Otro, tal vez el más
Vizcacha de los cuatro, tuvo que venir al pie del malón que más gente junta, y
que más chances tiene de alcanzar el triunfo en octubre. Los otros dos quedaron
agarrados de la brocha o, si usted prefiere, con el culo al aire. Hay alguno
más que no está en la imagen, pero que también anda tratando de conseguir quién
le haga la segunda sin robarle demasiada cámara, que al fin y al cabo es lo
único que tienen.
Insisto: vuelva
a mirar la foto, y haga el esfuerzo de recordar la manera en que los medios
trataron de convencerlo de que esta banda de menesterosos podían sacarnos del
infierno que ellos mismos contribuyeron a generar, juntando leños como siervos
de la gleba. Y, si tiene un resto de coraje, piense si no fue el renunciamiento
histórico de cierta dama lo que terminó con toda esta farsa de Los Bitles que
hacían "covers" del general Perón en una sala de "focus
group". Pero “cantar es conversar con música”, y estos señores
distorsionan cualquier melodía.
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