En el porteño barrio de Villa Crespo hoy se está inaugurando una Unidad Básica que llevará por nombre “Negro” Fontova. Dentro del poblado universo peronista, que las compañeras y compañeros hayan decidido homenajear a Fontova es un acto de justicia que recupera al vecino, al amigo y, sobre todo, al compañero que supo ser contemporáneo de la Historia y estar donde había que estar en cada una de las derivas de un ciclo nacional y popular que fue cascoteado desde el Poder por representar una firme voluntad transformadora.
En principio, uno diría que nada le hubiera costado a Fontova hacerse el desentendido, mirar para otro lado, y así mantener el cariño de mucha gente que lo estimaba sin conocerlo en profundidad. Pero se hubiera traicionado a sí mismo y, más que nada, a su insobornable amor al pueblo del que siempre fue parte. Porque, además, él llegó al conocimiento del gran público sin dejar de ser lo que siempre fue: un clásico y un moderno, un recio y un amoroso, un erudito y un popular.
Para este cronista, que lo conoció un poco y lo quiere mucho, el Negro fue el Comandante de Todas las Negras y Negros Dichosos de estas Pampas Irredentas. El Negro viaja en nuestros corazones porque supo de la alegría, y tuvo el don de desalojar la tristeza con su presencia de tipo reo y feliz. Y que sea el suyo el que dé nombre a esta nueva Unidad Básica –desde hoy La “Negro” Fontova- nos compromete a luchar como lo hacía Fontova: con mucho humor, pasión y ternura.
Por Carlos Semorile.
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