Cuando los años pasan, uno advierte que ha creído en muchos imposibles: el amor de cierta hermosa muchacha que nunca se percató de nuestra existencia, la perdurabilidad ad infinitum de amistades transidas de bohemia y confesiones, el mejoramiento de la sociedad e incluso el de uno mismo. Diría que, a grandes rasgos, hay dos maneras de salir de este “equívoco”. La más fácil es abrazarse al cinismo, renegar de todas las creencias que uno sostuvo, y convertirse en un canalla.
lunes, 30 de noviembre de 2020
La desprolija realidad
Cuando los años pasan, uno advierte que ha creído en muchos imposibles: el amor de cierta hermosa muchacha que nunca se percató de nuestra existencia, la perdurabilidad ad infinitum de amistades transidas de bohemia y confesiones, el mejoramiento de la sociedad e incluso el de uno mismo. Diría que, a grandes rasgos, hay dos maneras de salir de este “equívoco”. La más fácil es abrazarse al cinismo, renegar de todas las creencias que uno sostuvo, y convertirse en un canalla.
viernes, 27 de noviembre de 2020
Ni muerto lo perdonan
jueves, 26 de noviembre de 2020
El último gaucho
“Nunca
perece del todo
el buen
gaucho aunque haiga muerto,
pues ha
de tener por cierto
que su
osamenta vencida,
güelve
otra vez a la vida
hecha
luz sobre el desierto”.
(Buenaventura
Luna, “Sentencias del Tata Viejo”).
martes, 10 de noviembre de 2020
Las chicas de Derry
Es una serie irlandesa situada en los ´70 en Derry, ciudad que hacia el 1600 fue el centro de las aspiraciones británicas en el Norte de Irlanda (todavía no existía Belfast) y por eso, luego de aplastar las sucesivas rebeliones de los líderes de los clanes locales, llamaron “Londonderry”, y se la repartieron a colonos ingleses y escoceses generando un conflicto sectario que perdura hasta hoy, y que mantiene a la mayoría católica en una suerte de apartheid. (Recuérdese que las primeras Invasiones Inglesas contaban con un número de colonos “de reserva”, por si las cosas salían mejor de lo esperado -onda Malvinas-...)
La serie es despareja y tiene más de un altibajo, pero retrata con mucho humor una época nada fácil para los irlandeses del Ulster, y es muy desprejuiciada en su manera de encarar el sentido común de comunidad oprimida y asfixiada desde varios frentes. Por lo pronto, las chicas del título incluyen a un tímido adolescente inglés que la liga siempre -como corresponde-, y por ahí anda una superlativa e irónica madre superiora que parece un ateo cumpliendo una penitencia. Y la frutilla del postre es este mural que les han dedicado en una ciudad que suele homenajear de este modo a sus íconos, y que se lo merecen por haber rescatado su verdadero y bello nombre: Derry/Robledal.